- Manuela Riera
- 5 nov 2018
- 2 Min. de lectura
Cómo puede aplicarse la tecnología para que la energía sea más eficiente.

El concepto “smart grids” o red inteligente hace referencia a la integración de los avances de las tecnologías de información y comunicación dentro del negocio de la energía eléctrica. Es una forma de gestión eficiente de la electricidad que utiliza la tecnología informática para optimizar la producción y la distribución de electricidad, con el fin de equilibrar la oferta y la demanda entre productores y consumidores.
Las redes inteligentes proponen que el consumidor sea el centro de un sistema integrado por redes inteligentes y generadores. Se trata de fomentar la producción y el consumo de energía renovables y mejorar la manera en la que se transporta y utiliza.
El objetivo de las smart grids es el ahorro de recursos y la minimización del impacto ambiental. Una mayor visibilidad del consumidor y la red permiten a los operadores configurarla y ajustar el consumo. Esto se lograría a través de medidores inteligentes, que ofrecen una facturación detallada por franjas horarias, lo que permitiría a los consumidores elegir las mejores tarifas entre las diferentes empresas eléctricas y discernir entre las diferentes horas de consumo, lo que aseguraría un mejor uso de la red.
Los principales beneficios del uso de redes inteligentes de energía son:
la transmisión más eficiente,
reducción de las operaciones y costos,
reducción de demanda pico,
restablecimiento rápido del servicio luego de desperfectos,
reducción de las emisiones de CO2 y calentamiento global.
Los expertos aseguran que el uso inteligente de los datos permitirá mejorar la eficiencia de las empresas y los hogares, y el consumo se reducirá radicalmente. En el futuro, el usuario podrá decidir cuándo y cuánta energía consume, generar su propia energía, almacenarla y vender sus excedentes, se podrá disfrutar más de la energía, evitar la sobrecarga de la red y reducir costos innecesarios.