Hablemos de sobrepeso y obesidad
- Manuela Riera
- 4 oct 2018
- 3 Min. de lectura
Enfermedades de la era industrial

¿Qué son y cómo afectan a la salud?
El sobrepeso y la obesidad refieren a la acumulación anormal o excesiva de grasa en el organismo que puede ser perjudicial para la salud. Ocurre cuando hay una alteración del balance de energía entre las calorías gastadas y las consumidas. La obesidad es un importante factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias, hipertensión arterial, enfermedades de los riñones o del hígado, diabetes, artrosis, e incluso algunos tipos de cáncer.
¿Cómo puedo detectarlas?
Para detectarlas debe tenerse en cuenta el Índice de Masa Corporal (IMC), que relaciona el peso y la altura de las personas. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). El IMC mayor a 25 indica sobrepeso, y si es mayor a 30 indica obesidad.
Además del peso importa el lugar donde se acumula la grasa. En el hombre es más frecuente su distribución abdominal y en la mujer a nivel de la cadera.
La distribución abdominal de la grasa se asocia a aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión arterial y se evalúa a través de la medición del perímetro de cintura. Se considera de riesgo un perímetro de cintura superior a 88 cm en la mujer y 102 cm en el varón.
La época en la que vivimos es un factor que podría dar inicio a este tipo de trastorno en la alimentación. Pero ¿cómo es esto posible?
Actualmente, la mayoría de los alimentos que consumimos están elaborados por las industrias. Se fabrican cada vez más alimentos hipercalóricos ricos en grasa, sal y azúcares pero carentes de nutrientes como minerales, fibras o vitaminas. Asimismo, se produjo una disminución de la actividad física como resultado de la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, de los nuevos modos de desplazamiento y de una creciente urbanización.
En Argentina particularmente más del 50% de la población posee sobrepeso. Seis de cada diez adultos lo presentan. El 30% de niñas y niños tienen exceso de peso y el 6% obesidad.
¿La obesidad afecta psicológicamente?
Hay factores psicológicos que pueden ser desencadenantes de los trastornos en la alimentación. Muchas veces la obesidad está relacionada con la depresión, la culpa o la ansiedad. En algunos casos estas psicopatologías suelen ir acompañadas con trastorno de la personalidad.
En consecuencia, además, las personas con sobrepeso son con frecuencia objeto de burlas, y en caso de niños y adolescentes pueden sufrir bullying o acoso escolar. Este hostigamiento, sumado a las imposiciones de una belleza estandarizada pueden causar daños terribles en la psicología y emocionalidad de las personas.
Quienes presentan obesidad tienden a tener una baja autoestima y vergüenza sobre su cuerpo.
A menudo situaciones cotidianas pueden volverse una tortura. Ir a comprar ropa, por ejemplo, deja una sensación de frustración y angustia en una persona con exceso de peso, esto sucede porque los talles comerciales solo son accesibles para quienes responden a una estética determinada.
¿Cómo se puede prevenir y controlar la obesidad?
En primer lugar, tenemos que tener en cuenta que es un problema de salud crónico, no aparece ni se soluciona en unos pocos días. La alimentación saludable y la actividad física son medidas efectivas para prevenir y controlar la obesidad. Algunas recomendaciones para que incorpores a tu rutina diaria:
Realizá 4 comidas al día: desayuno, almuerzo, merienda y cena.
Aumentá el consumo de frutas, verduras y de pescado.
Elegí leche, yogur y queso preferentemente descremados.
Disminuí el consumo de alimentos ultraprocesados con mucha azúcar, grasa y/o sal como las golosinas, productos de copetín, fiambres, embutidos y bebidas azucaradas. Dejalos para ocasiones especiales.
Preferí alimentos preparados en casa sin agregado de sal al cocinar. Reemplazar la sal por condimentos como orégano, pimienta, ajo, perejil, romero, tomillo.
El alcohol aporta calorías y no aporta nutrientes. Limitá su consumo.
Realizá al menos 150 minutos de actividad física a la semana a intensidad moderada, sumando como mínimo bloques de 10 minutos. Agregá dos sesiones semanales de ejercicios de fortalecimiento muscular.
Fuente: Ministerio de Salud de la Nación
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