“Se rumorea por ahí, que hay un mundo donde el sexo no es tabú”
- Agus Lamas
- 30 oct 2018
- 5 Min. de lectura
A pesar que desde el 2006 existe por Ley el programa de ESI (Educación Sexual Integral), la mayoría de los jóvenes no la reciben,ni la recibieron en las escuelas.

En la foto se muestra a Iara zaracho y Gastón Goitia alumnos de la escuela técnica N°3
La Ley de Educación Sexual Integral N° 26.150 establece el derecho de los alumnos a recibir información sobre sexualidad en los tres niveles de escolaridad. Esta norma avala y obliga a los docentes a garantizar su cumplimiento. Además la ESI propone que el trabajo sea integral y se brinde de manera transversal a las diferentes áreas, por lo que ya no se debería tratar de reuniones aisladas sino un trabajo continuo y sistemático en la temática.
A raíz de la marcha frente al Congreso contra la ley de Educación Sexual Integral bajo el lema,con mis hijos no, muchas dudas surgieron al respecto ¿Se implementa la educación sexual integral en las escuelas?¿Qué es lo que saben los chicos?¿Cómo lo abordan los grandes? ¿El sexo sigue siendo un tabú en las escuelas y en las casas?
Para despejar todos estos interrogantes, se consultó a distintos integrantes de la comunidad educativa, a la psicopedagoga de la escuela, Estela Vega, Gisela Castellino, psicóloga social y profesora de biología y a Silvia Lamas, miembro del equipo directivo de la Escuela Técnica N° 3, de San Francisco Solano .También a distintos chicos entre 18 y 23 años, que pertenecen a esta escuela, así como a otros que no integran esa comunidad educativa
La Ley dispone que todos los establecimientos educativos públicos de gestión estatal y privada deben garantizar la realización de acciones educativas sistemáticas de Educación Sexual Integral. Para esto, las mencionadas anteriormente, deben incluir en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros.
Las y los docentes deben asegurar que todos los chicos y chicas reciban la misma información que todos los de su edad, más allá del establecimiento al que concurran.Sin embargo, al consultarle a Gastón Goitia, alumno de la Técnica N°3, si había tenido educación sexual en la escuela dijo:” Yo en esta escuela tuve en cuarto; teníamos una materia que se llamaba Salud y Adolescencia y, aunque muchas veces faltaba el profesor, dejaba bien en claro todo el tema. Y una vez vino un doctor a dar una charla de educación sexual en general”. Esto no condice con lo que la ley expresa, la transversalidad no se cumple si solo fue vista en una sola materia o una charla ocasional.Se podría pensar que esto solo ocurre en aquellas escuelas ubicadas en zonas más vulnerables pero al preguntarle lo mismo a Julián Barraza, de 23 años, quien asistió al colegio Buckingham Quilmes School y hoy es Licenciado en Economía de la Universidad Argentina de la Empresa, aseguró:“No recuerdo haber tenido educación sexual en el colegio, quizá en alguna que otra materia, o en salud y adolescencia”. Por lo tanto, encontramos un punto en común: a pesar de las diferentes escuelas y distintas realidades socioeconómicas, el nivel de información recibido es el mismo.
Entonces ¿Qué es lo que ocurre en las escuelas? ¿Por qué no se lleva a cabo la aplicación de la ley? Silvia Lamas, profesora e integrante del equipo directivo, contó que “los docentes no se sienten capacitados para hablar de temas que no son específicos de su materia, no atendiendo a la transversalidad, dado que puede hablarse en todas las materias usando un disparador; sin embargo tienen reparo en abordar el tema, tienen miedo de vencer el tabú de hablar con los chicos. También muchas veces pasa que se piensa que si se tratan estos temas se “distraen” del dictado de su materia. Por otra parte le temen a la posible reacción de los padres de los cursos más chiquitos”. Esto se relaciona con lo expresado por Gisela, quien planteó que le parecía importante que desde chiquitos llamen a las cosas por su nombre y no transformar ese vocabulario, porque a veces los chicos, las conocen de una forma y resulta que está mal aprendido. También dijo que “desde chiquitos, desde jardín que se puede aplicar la ESI, pero a los padres no les gusta y dicen que el docente usa un lenguaje abusivo; me ha pasado y me ha tocado transitar situaciones de esas, donde vos terminás siendo condenado por haber utilizado un vocabulario que, obviamente, involucra el sexo, los genitales y la sexualidad. A veces desde el sistema, como están todavía muy confusas las cosas que tenemos que hacer, las leyes a aplicar y qué le corresponde o qué responsabilidad tiene cada uno, imaginate, yo me pongo hablar de este tema, viene un papá y me denuncia porque yo utilice un lenguaje que ,no va a ser inapropiado, porque obviamente somos docentes, pero tal vez en la misma situación surjan cosas que vos tengas que explicarlas y ser más explícito, porque lo amerita y sos condenado”.
Por lo tanto, si los docentes, quienes deberían ser los encargados de brindar información sobre sexo, las enfermedades de transmisión sexual, la sexualidad y el respeto a la diversidad, no lo hacen, dónde consiguen la información los jóvenes.
Iara Zaracho, de 18 años, alumna de la Técnica opinó que “por la falta uno habla con sus amigos porque siempre están ahí”. Giuliana Oyola de 22 años, diseñadora de indumentaria dijo:” Me formé con mi grupo de amigas por las experiencias que cada una iba viviendo, quizás leyendo alguna que otra cosa y hasta ahí”. Esto no es algo generacional, porque cuando se le preguntó a Silvia, de 55 años, donde se había informado ella, dado que contaba que venía de una familia muy conservadora expresó: “Ahora que me comentas lo que los chicos, me doy cuenta que en mi adolescencia mi fuente de información en estos temas era también mi grupo de amigos”. Lo preocupante es que en la década del ‘80, la ley de Educación Sexual no existía, ni se concebía la idea que la escuela pudiera ser donde los alumnos se formen sobre estos temas, pero hoy,35 años después,las fuentes son las mismas. Al respecto Estela Vega, psicopedagoga, dijo: “Creo que recién mis nietos podrán ver la ESI implementada correctamente”.
Se puede decir entonces, que la educación sexual es una de las deudas pendientes en esta sociedad, se avanzó en algunas cuestiones que trata esta ley como el derecho a la identidad de género, el acceso gratuito a los métodos anticonceptivos en los hospitales. En otros aspectos que no conciernen a la ley, aunque sea más fácil el acceso a la información a través de los medios masivos de comunicación, nada de todo esto logró que los chicos dejen de considerar a sus pares como fuentes seguras de información sexual, lo que hace que sea como un rompecabezas que se va armando con las experiencias propias y ajenas, con mitos y aquellas cosas arraigadas en el imaginario popular, la realidad es que es una información que desinforma y trae graves consecuencias.
Algún día existirá un mundo donde lo que se rumorea sea verdad,el sexo no sea tabú y lo jóvenes estén debidamente informados.
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